En redes sociales, especialmente en TikTok, la tendencia de encontrar dupes –alternativas similares pero más accesibles– está en auge. Y el mundo de los viajes no es la excepción, convirtiéndose ya en una tendencia clave en este 2025: cada vez más exploradores buscan destinos que replican la vibra de los clásicos, pero con menos turistas, precios amables y una experiencia más auténtica.
En ese contexto, Civitatis, la compañía líder en la venta de visitas guiadas y excursiones en español por todo el mundo, recomienda algunos de los mejores destinos “dupe” de México para viajar en verano y vivir unas vacaciones con verdadera alma local.
Pueblos Mágicos
Cuetzalan – Dupe de Valle de Bravo
Cascadas, grutas, cabañas, neblina, telares y arqueología forman parte de los tesoros que definen a este Pueblo Mágico, enclavado en la Sierra Norte de Puebla. Aquí aún es posible aprender y convivir con las culturas totonaca y nahua.
El senderismo acuático es una actividad imperdible para quien visita Cuetzalan. La ruta recorre sus principales cascadas y ríos subterráneos, como La Garganta, repleto de estalactitas; El Encanto, una caída de agua de 30 metros; y las pozas Pata de Perro, llamadas así por su forma similar a huellas caninas.
Otros imperdibles: una visita por algún taller de telar de cintura, recorrer el juego de pelota de la zona arqueológica Yohualichan –el más grande de Mesoamérica, con 94 metros de largo–; caminar por el tianguis dominical, donde aún se practica el trueque y se realiza la danza de los voladores; probar una copita de yolixpa, un licor elaborado con 32 hierbas medicinales y dormir en una cabaña operada por mujeres nahuas.

Malinalco – Dupe de Tepoztlán
Ubicado a tan solo dos horas de la CDMX, este Pueblo Mágico del Estado de México se ha convertido en una escapada favorita llena de aventura, cultura y paisajes frondosos creados por las montañas de la misma Formación Tepoztlán.
Con Civitatis puedes hacer el viaje desde la CDMX con su excursión de ida y vuelta a Malinalco. Al llegar, la aventura inicia con el ascenso a la única zona arqueológica de América labrada en plena montaña, que conserva el templo donde se graduaban los guerreros águila y jaguar. Después, hay una parada en el Museo Universitario Doctor Luis Mario Schneider, en el que se expone la historia de Malinalco, así como un gran acervo de flora y fauna.
El Exconvento de la Transfiguración, en la plaza principal, es otra parada; aquí se resguardan frescos indígenas que representan el Jardín del Edén. Por último, hay tiempo libre para deleitarse con la gastronomía local, como truchas, tacos de cecina y las famosas nieves Malinalli.
Destinos de Sol y Playa

Ixtapa-Zihuatanejo – Dupe de Los Cabos
Esta dupla guerrerense tiene más de 9 playas limpias para unas vacaciones relajantes e inolvidables frente al mar, con todo y observación de ballenas jorobadas –en su respectiva temporada–, a un costo más accesible y con un viaje mar adentro más corto.
Las opciones de actividades son infinitas: paseos en lancha por Barra de Potosí, ahí donde el mar y la laguna se abrazan, y en catamarán para ver el atardecer; liberación de tortugas y paseos a caballo; snorkel, kayak y buceo en la bahía de Zihuatanejo, así como tirolesas y recorridos en cuatrimoto en medio de la selva; y la gran joya: observación de ballenas de diciembre a marzo.
Campeche – Dupe de Mérida
Para quienes se sienten atraídos por la arquitectura colonial del sureste mexicano, la ciudad de Campeche es un paraíso de calles tranquilas, seguras y fotogénicas. Basta recordar que su centro histórico está declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. A través de Civitatis, es posible reservar recorridos como el de la famosa Calle 59 –conocida por sus bares– o el tour nocturno de leyendas, ideal para escuchar historias de piratas.
Campeche también resguarda gran parte del legado de la cultura maya y para muestra Edzná y Calakmul, esta última situada en el segundo bosque tropical más grande de América, solo por debajo del Amazonas. También está Xcalumkin, que forma parte de la región Puuc, que significa “serranía” o “colina” en lengua maya. También se caracteriza por ser uno de los siete estilos arquitectónicos mayas con cresterías, mascarones dedicados a Chaac y piedras ensambladas como mosaicos, entre otras.
Y hay más: recorridos por sus haciendas ganaderas y henequeneras, kayak en la Laguna de Términos, avistamiento de delfines en Isla Aguada y hasta paseos gastronómicos de pescados y mariscos en Champotón.

Cobá – Dupe de Tulum
Este “dupe” es ideal para quienes disfrutan de la arqueología maya y ya han visitado, al menos una vez, el Castillo de Tulum. Cobá es una alternativa menos concurrida, perfecta para quienes buscan tranquilidad y chapuzones libres de sargazo durante el verano.
Se trata del asentamiento prehispánico más grande de la península de Yucatán, solo comparable con Chichén Itzá, pero mucho menos explorado. Se estima que apenas el 5% de su arquitectura ha sido descubierta; el resto permanece oculto bajo la imponente selva.
Con Civitatis, es posible reservar una excursión de un día a Cobá, que incluye pedalear en triciclo por los antiguos senderos mayas conocidos como sacbés, hasta llegar a los basamentos principales, entre ellos el templo escalonado Nohoch Mul, de 42 metros de altura, desde cuya cima se aprecia la frondosidad de la selva. En el sitio también se encuentra la Estela 1, que menciona la fecha 2012 y que, hasta hace algunos años, se interpretaba como el fin –y el renacer– de una nueva era.
El recorrido concluye en Punta Laguna, con una ceremonia maya, tirolesa, paseo en canoa y nado en el cenote Esmeralda.
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